¿Cuántos insultos viajaban en el puño cerrado del agresor del periodista anoche?
¿Cuántos improperios escupía ese agresor que se relamía de gusto golpeando de atrás a un hombre indefenso?
Las grandes manifestaciones de violencia son la suma de las pequeñas, a veces imperceptibles formas de la violencia.
La derecha es violenta por naturaleza. Violenta y solapada.
Cuando se pedía no le regalemos un muerto a Magnetto se hacía referencia a situaciones parecidas a la de anoche.
Cuando se escucharon los diálogos de Cynthia con algunos protagonistas de la marcha, la repetición del formato violento y soez de TN, de Magnetto, fue casi la norma.
Alguno, excepcionalmente, captando la indefensión de los periodistas que estaban en el Obelisco, recurrieron a lo mejor de sí mismos, para ser, aunque más no fuese, explicativos.
Los demás no tiraron otra cosa que la argumentación de TN.
La mentira recurrente y violenta de TN. El odio como herramienta para no cumplir la ley. Ese derechazo desde atrás es el golpe artero a la ley. Es el poder que no se ve venir. Es el golpista dispuesto a todo.
¿Cómo que no se es golpista si se pide que se termine un gobierno elegido por el pueblo?
¿Si se avala ese comportamiento como una manifestación republicana?
Si alguien dice que no hay libertad y lo puede decir sin correr ningún riesgo, es violento con la verdad, si alguien dice que el gobierno tiene a la justicia por el cogote, pero resulta que no puede lograr que se aplique una ley votada por abrumadora mayoría, y que valdría lo mismo si hubiese ganado por un solo voto, ahí hay violencias.
La mentira es violencia.
El que tiene un fuero a su disposición, el que los lleva de paseo, es el mafioso que los ubica como hacia Al Capone con sus jueces y políticos cómplices, en el Biltmore Hotel de Miami.
La subordinación de quien debe impartir justicia es violencia.
No hay mejor ley que la ley más discutida que se tuvo en años, y esa es la ley de medios.
Ninguna ley recogió tantos antecedentes y tantos foros de debate como la ley de medios, ninguna es más necesaria para democratizar la vida de la sociedad, y esa ley no se ha podido aplicar a tres años de ser votada. Esa es violencia.
La solicitada de ayer de los Alberto Solanet, Cosme Beccar Varela, Mariano Grondona, Dreyfus, Videla, Marcos Aguinis, los políticos que da pena nombrar y los que nos dan pena y allí estan, esa solicitada es violencia.
Es el pedido de no respetar la ley nada menos. El autoritarismo no es sólo de quien hace fuerza por hacer valer su mandato, es inmensamente más autoritario el que quiere imponer su voluntad sin el mandato de la mayoría.
Y es lo que ha sucedido.
El puño artero de anoche, es la conclusión de la impotencia de la mentira.
Víctor Hugo