Algún periodista de La Nación ha pedido que muestre los papeles del traspaso del dinero. Le ofrezco en el marco de la mayor cordialidad (me dará gusto hacerlo) un encuentro para exhibir el documento o recibo en cuestión.
Hice la pesificación prometida de la parte de los ahorros que están bajo mi dirección.
Desde hace 33 años cuando me casé, tengo separación de bienes, por mi propia decisión: yo tenía muy poco entonces y la condición económica de mi mujer era muy superior.
Tenía, además, dos hijos al momento de casarme y me parecía justo separar los bienes siempre. Deploro manifestar algo que No es de interés para los demás, pero es que viene al caso.
Hay una economía de mi esposa que desconozco deliberadamente o sobre la que yo mismo limito derecho o influencia, porque así se estableció la relación.
Lo que era un dinero en dólares que permanecía en una cuenta en un banco de Buenos Aires, me hace sentir moralmente responsable y con derecho al 50 por ciento. Eso es lo que he pesificado. Y no son monedas según mi forma de ver estos asuntos.
Y por suerte fui cuidadoso cuando manifesté mi invitación a pesificar porque desconocía una inversión ya comprometida en Uruguay. El colega, con el que no tengo relación cordial es Pablo Sirvén, pero esta vez, si tiene buena fe, puede corroborar cada palabra contenida en esta nota. Será bueno para mi.
Poner o decir cifras públicamente, viola pudores elementales.
Pero será muy bueno para mí que alguien que no me estima bien compruebe lo que digo.
Debo decir que lo he hecho con agrado y que se trata de un simple gesto generado por el rechazo que me provocó la agresión a mis colegas de Canal 7, por ciudadanos que caceroleaban por no poder comprar dólares. Pensé para mi: “Yo salgo de esto”.
Y como en tantos temas de mi vida, lo dije en voz alta. Ahí creí firmar un contrato con quienes creyeran en esa promesa, que no me hace mejor ni ante mí. Es un gesto espontáneo, pudo ser otro, o simplemente ser una queja. Me salió de esa forma.
No creo que pierda dinero. Tengo fe respecto a que el dólar termine en una cotización muy parecida a la oficial actual.
Si no fuese así, habré perdido un poco de dinero, una partecita de lo mucho que la profesión y la Argentina me han dado.
La radio me hizo un hombre con muchísimo mas dinero del que soñé. He sido durante años el profesional de radio que más dinero ganó por su trabajo.
Al colega que desconfía con relación al traspaso y quiere verlo, puedo exhibirle, también, el balance de 16 años de mi vida económica. Me gustaría que vea que la vida profesional me puso a salvo de ser comprado por nadie. No lo invito desde el enojo, todo lo contrario. Quizás siga discrepando conmigo, pero sepa que me manejo con la mayor corrección posible.
Víctor Hugo