El video que aquí publicamos ya estaba en mi página, en una de las emisiones de «Bajada de línea». De todas formas, y ante lo sucedido, lo ponemos a su disposición una vez más para que se advierta mi postura, la que ahora reafirmo.
En el programa de Jorge Lanata se pasó un video bastante conocido de una nota que él mismo me hiciera sobre la libertad de expresión. No recuerdo cada frase pero si el espíritu. Empecé aclarando que iba a hablar de la libertad que dan los gobiernos (dando por sentado que hay otras formas de acotarla, referida a los propios intereses de los medios) y dije también que si se trataba de lo que puede decirse o no, nunca se había estado mejor.
[youtube VGOJytgXgMo]
Después, en el repaso de lo que puede objetarse, me expresé duramente con respecto al ex presidente Néstor Kirchner por un ataque al compañero Pablo Navarro de radio Continental, y quiero decir (aun en el contexto de no juzgar a Kirchner hoy día en fotos sueltas sino a través de la película mucho más rica que generó en los últimos años) que sigo pensando lo mismo.
[youtube R2WwaUdRJ6g]
[youtube 8Zl_psEdXYM]
[youtube YIhECCDYbVk]
El otro día fue Macri quien actuó de la misma manera. Y también me generó rechazo. Desde un lugar de poder hay que saber tratar a los de abajo, sean o no periodistas.
También en el video menciono a Aníbal Fernández por un llamado a mi casa. Y si bien el tiempo permitió (sin siquiera un café compartido mediante) que mi visión del actual senador sea positiva, (y periodísticamente en notas y comentarios se advierta un tono afectuoso de una y otra parte) sigo pensando lo mismo.
Un hombre tan fuerte como es un Ministro no debería tomar contacto, aún si la charla se desarrolla amistosamente, con la casa de un periodista.
Intimida. Recuerdo la preocupación de mi familia al llegar. Aunque en mi casa muy poco se habla de mi trabajo, se conocen y discuten ciertas desmesuras de mi estilo y tenían la preocupación natural ante dos llamados desde el Ministerio.
Era un tema en el cual Fernández tenía razón: se hablaba de una secta de Osama Ben Laden en la Argentina y yo había hecho una nota en Desayuno al respecto. Quería hacerme notar el disparate de la información. Pero mencionó que había leído la desgrabación de la nota. Parece cosa natural, pero me resultaba intimidatorio que eso suceda. Uno se siente más vigilado de lo que piensa. El tiempo corrigió mi impresión, pero es la que tuve en la nota y lo dije.
Creo que otro elemento (estoy en La Habana, y me enteré de lo ocurrido en el programa de Jorge) era lo de Hugo Moyano y los camiones. Pues una cosa es que Moyano decida que no sale un diario y otra que los empleados (como sucedió más tarde con Luis Siri y otros) tomen medidas.
En ningún momento, al margen de señalar estas incomodidades para el periodismo, y de criticar lo que aun hoy sostengo (y digo por radio) respecto a la pauta oficial, dude de lo expresado en el inicio del reportaje: no tenemos (y esta más que demostrado) ninguna censura ni riesgo, ni impedimento para hacer nuestro trabajo.
Es infinitamente mayor la censura dentro de los medios, que la inexistente limitación que en la Justicia o en los hechos deba soportarse del Gobierno.