Esta carta les envié a las Abuelas de Plaza de Mayo el 2 de febrero de 2011. Es una una idea interesantísima para desarrollar alguna vez, sobre la civilidad en tiempos de Dictadura.
Ni hablar si sos periodista.
Subject: RE: PEDIDO DE ESTELA DE CARLOTTO Casa x la Identidad
Date: Wed, 2 Feb 2011 22:41:24 -0300
Estimada Clarisa, el recuerdo del Mundial ´78 es perturbador para mí.
El de Argentina era el único campeonato del mundo al que Uruguay no debía faltar y eso sí sucedió a causa de las derrotas deportivas.
Las fallas organizativas de entonces le cerraron los caminos a la selección oriental y en el afán crítico a la Asociación Uruguaya, recuerdo haber elogiado antes y después lo que sucedió en la Argentina.
A distancia, la organización pareció impecable porque cuanto uno ve el cumplimiento deportivo, la organización interna, la respuesta de la gente, la ceremonia inaugural y ya en Buenos Aires la fiesta inconmensurable que me llevó como un argentino más celebrando la conquista desde el Estadio de River hasta Corrientes y Florida donde estaba mi hotel.
Nada podía sospecharse desde el Uruguay.
Aunque más tarde aparecieron historias tan dolorosas como la de la nieta de Gelman, en aquella época no parecía existir un plan como el que luego se conoció en la Argentina sobre el exterminio masivo de tantos miles de argentinos.
La lectura deportiva era la siguiente: mientras en Uruguay, el egoísmo de los dirigentes de los clubes y la impericia de los neutrales habian dejado afuera al seleccionado, en la Argentina, sucedía lo contrario.
Al haber quienes pudieran pensar por afuera de esas miserias, habían escrito el capitulo mas asombroso de la historia del deporte argentino. Es verdad que a Uruguay no llegaban noticias en contra de la dictadura argentina por razones obvias y carecíamos de elementos para sospechar lo que en otros países se denunciaba.
Pero también es cierto que los años de convivencia con las dictaduras bajan las defensas.
De ahí viene la soledad de los que están en la lucha. Esa misma soledad que da más coraje a los que luchan, ese que tuvieron inclaudicablemente las madres y las abuelas.
El deporte, y esto es lo que más me importa señalar, obnubila la visión mas profunda del país.
Se crea la imposible antionomia entre el deseo de ver ganar los colores queridos y la forma en que utilizan esa alegría los gobiernos autoritarios.
Se parece, aún salvando las distancias, a lo que ocurría con la Guerra de las Malvinas: por un lado se anhelaba la victoria en nombre de los soldados que estaban en el frente y por otro se sabía que el éxito de los militares los afirmaría en el poder.
El fútbol tiene aún más poder. Cuando escucho las historias de cómo las víctimas de los militares celebraban el paso victoriso de la selección Argentina siento algo de alivio respecto a aquella cerrazón en medio de la cual seguíamos los episodios de entonces.
Fue un aprendizaje muy duro. Un poco después los militares uruguayos me rehabilitaron de una medida de los dirigentes deportivos que ellos mismos habían permitido y que me impedía el ingreso a todos los estadios de fútbol.
Cuando agradecí en una nota en el diario en el que escribía, esa misma noche se mostraron molestos porque les parecía que había descargado una ironía en el artículo.
En mis programas nunca hubo reportajes a los representantes del poder. Había trabajado para un diario comunista antes de la dictadura(no tanto por pertenencia como por necesidad, ya que yo era un seguidor del Frente Amplio, pero de la línea de Enrique Erro, un hombre que venía del Partido Nacional), que había sido advertido severamente más de una vez por comentarios que algún militar consideró confrontativos con el poder y simplemente eso, me convertía en un profesional en observación.
Para todos aquel tiempo fue un aprendizaje. Debe serlo también para los combatientes y sus familiares. La capacidad de pelea de quienes participan de la confrontación directa, el volumen de información del que se dispone, no es el mismo del resto de la sociedad. Nadie de los que estuvo en el medio de la locura de unos y el sufrimiento de los otros puede haber quedado plenamente satisfecho consigo mismo.
Por qué se fue, porqué se quedó, porqué se cruzó de brazos, por qué no luchó lo suficiente, o simplemente por qué supo, más tarde, que la alegría de aquel junio del 78 la gritábamos pasando frente a ventanas que el dolor había clausurado.
Clarisa si estas palabras tienen alguna utilidad para el propósito que llevan a cabo, estás autorizada a publicarlas donde sea.
Me hubiera gustado ser mejor.Y en eso estoy ahora.
Víctor Hugo
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Subject: FW: PEDIDO DE ESTELA DE CARLOTTO Casa x la Identidad
Date: Thu, 3 Feb 2011 21:33:34 -0300
nena corregí unas palabritas,pero no te entiendo que es lo que falta.Aun tenemos unos dias,explicame mejor haciendome pregunntas que deberia respo nder para escribir unas lineas mas con eso de futbol y dictadura.
Estas palabras tambien hacecelas llegar a Clarisa,por afuera del texto principal.Dado el tiempo transcurrido quizas podria hacer un juicio mas severo de aquel tiempo y menos duro conmigo mismo.Pero siempre entiendo que cualquier sobreactuacion ahora de los que no participamos en la lucha y de los que,ademas, no lo hubieramos hecho de ninguna manera(siempre crei que no resistiria una sesion de tortura,por ejemplo)es una falta de respeto a los que dieron la vida por su causa.
un beso y gracias por ayudarme
Este es el pedido que me había llegado para que escriba sobre el Mundial ´78:
Date: Wed, 2 Feb 2011 19:45:55 -0300
Subject: PEDIDO DE ESTELA DE CARLOTTO Casa x la Identidad
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Estimada Agustina: