Esteban Mac Allister era fotógrafo colaborador de la revista Noticias cuando en un estudio de televisión de canal 9, mientras se emitía el programa Hora Clave, murió Carlos Auyero, quien había retornado a la política y en ese año estaba coordinando los equipos técnicos del FREPASO.
Esta destacada figura de la política nacional que tanto había luchado por los derechos humanos y el reestablecimiento de la democracia, falleció detrás de las cámaras la noche del 18 de abril de 1997 al finalizar un debate con el entonces funcionario menemista Eduardo Amadeo.
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Delante de Auyero estaba una parte de su familia. Los mensajes desde la Editorial fueron incesantes a la espera de la fotografía que Mac Allister no había tomado. Le puso un límite a su pasión por el periodismo y decidió que gatillar su cámara era ir más allá de la difusa línea de la ética.
No son los jefes ni los editores, sino yo mismo, pensó MacAllister, quien marca la frontera.
Esa noche fue la última en la que trabajó para Perfil. Nos contó, además, ayer por la mañana en radio Continental que a tres periodistas de entonces les ordenaron hacer notas llevando cachiporras y otros elementos afines para fotografiar a jóvenes que querían exhibir como violentos.
Sé los nombres de los dos que se negaron y del que aceptó la designación, pero no los mencionaré si aquellos no lo piden. Sobre el último diré solamente que ponerse la camiseta de la empresa le permitió ser alguien importante en 1998 en el primer diario Perfil de Fontevechia, según la narración de MacAllister.
Los periodistas somos hojas en el viento. No puede exigirse de todos el mismo coraje porque lo tenemos a veces y flaqueamos en otras. Colisionan dos ideas entendibles. Unos manifiestan en el diario: “Es mi patrón pero a mi conciencia la manejo yo”. Otros dicen: “Yo soy fiel a quien me paga el sueldo”.
Pero antes de las debilidades y fortalezas humanas están los que tienen poder. Y estos son los que pueden hacer mejores a sus trabajadores y a la propia sociedad.
El fotógrafo que captó a Luis Alberto Spinetta quizás no pudo elegir otro camino o no tuvo la fortaleza de MacAllister.
Pero el responsable último de que Spinetta nos mire piadosamente desde los kioskos no es él.
Víctor Hugo
Nota: Veré si puedo trabajar esta mañana con alguna nota sobre un proyecto de ley preparado por la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa(FATPREN) y firmado por el diputado nacional Héctor Recalde para que los trabajadores de prensa tengan libertad de conciencia e indemnidad de la empresa