Al revés de la semana anterior, cuando los resultados de los mejores de la tabla eran una mochila con la que debía encarar su partido ante Vélez, y hasta River había ganado por goleada, este domingo, gris sin alma, venía con bonus track para Boca. El equipo de Falcioni tenía la vaca atada después de las derrotas de Newell’s y Vélez, salió a jugar sabiendo que las presuntas heridas de una batalla con Racing tendrían cura. Pero eso no le generó ni complejos ni presiones. Boca encaró con su equipo muletto a una Academia que era conciente de su mayor responsabilidad en el lance. Así, se armó un cotejo movido, de idas y retornos rápidos, salvo en lo que concernía a los últimos defensores, los únicos con posiciones fijas como los muñecos de un metegol. Pelletieri y Bruno Zuculini armaron una dupla que juega sin pausas y ese aspecto es de lo mejor que ha conseguido Zubeldía. Los dos equipos quisieron hacer más grande la cancha. Anduvo más cerca el equipo local porque Orion fue el más exigido por un buen tiro de Caballero tras estupendo pase de Castro y un zurdazo bajo de Viola.
Por animarse
Para el segundo tiempo vino la gran jugada de Falcioni, que terminó siendo determinante para lo que, en el diario del lunes, se refleja como una muy buena actuación de Boca Juniors. Para que Boca se alzara con el liderato del torneo, para que le ganara a Racing, fue necesario que el DT se animara a hacer un cambio infrecuente: de visitante, se animó a sacar un marcador de punta para poner un delantero. Y con esos tres atacantes (Blandi, Mouche y Viatri) consiguió algo casi del estilo de Marcelo Bielsa. Cubrió el ataque de tal forma que le permitió a Boca empezar a ser el dominador del partido. Racing, con el cabezazo de Giovanni Moreno a los 3 minutos casi se despidió de la ambición por atacar, porque Boca le cerró todos los caminos, lo dominó, empezó a merecer la ventaja y la consiguió en una jugada prácticamente inolvidable. La vuelta de Viatri no podía ser mejor. La corazonada y la decisión de Falcioni le permitieron a Viatri el reencuentro más maravilloso que un jugador pueda tener haciendo lo que ama. Fue el protagonista de una maniobra sublime, llevándose el balón con el taco por arriba de los defensores de Racing, para terminar con una media vuelta soñada. De esas que se añoran del fútbol de antes porque en el fútbol de hoy prácticamente no tienen cabida por la rapidez y el dinamismo con el que se juega.
A partir de ese momento uno podía pensar que Boca se daba por satisfecho. Nada de eso sucedió. Boca mantuvo la mentalidad con la que había jugado todo el partido y, sobre todo, mantuvo la presión y la constancia que tuvo desde el segundo tiempo. En una jugada colosal, otra acción magnífica, Blandi y Mouche, que fue la mejor figura del partido, urdieron una acción que le permitió al goleador rematar desde la puerta del área por alto para señalar un segundo gol que venía a ser el cierre magnífico de una función de las que Boca, aún siendo el mejor del país, pocas veces había ofrecido.
Parece mentira que de visitante, y con un equipo de emergencia, el conjunto de Falcioni alcanzó a hilvanar, por el muy buen nivel de las individualidades y por las decisiones enfáticas de su director técnico para ganar el partido, un triunfo que lo erige en el mejor, sin ningún tipo de dudas. Además le da el liderazgo de un campeonato que se muestra muy parejo pero con Boca tomando una ventaja en tramos decisivos, algo preocupante para los demás.
Víctor Hugo