Vélez no mereció la victoria frente a All Boys. No es una locura el resultado, pero la estaba sacando barata cuando el fenomenal Pratto ideó y concretó el gol decisivo. El arquero Sosa había sacado un cabezazo de Vildozo, y el travesaño, dos veces, devolvió la pelota con el propio Sosa haciendo de estatua en dos remates brutales de Montoya Burgos y Matos. Más presión, más presencia, más anhelo de ganar se veía en All Boys. Hasta que Pratto hace la gran Distéfano, esa de abrir el juego y correr por el medio para rematar la jugada.
Vaya uno a buscar explicaciones para lo que acababa de ocurrir. Explíquele a Ahumada, a Fernando Sánchez, a Juan Pablo Rodríguez, que fueron unos fenómenos, lo que sucedió cuando parecía que estaba todo bajo control del cuadro de Pepe. Recrimínele a Vélez que en el segundo tiempo daba la impresión de que dependía más del arquero de Estudiantes, allá en el sur, que de sus propias virtudes. Y diga, al cabo, 2 a 0.
Hecha la presentación sobre lo caprichoso que es el fútbol, vayan algunos descargos. Antes del bajón de Vélez en la parte final, la jerarquía indesmentible del cuadro de Gareca fue expuesta con la claridad que lo ratifica como el mejor equipo. Por ahí se cansan un poco los volantes, se pierde la pelota, o viene un delantero inspirado como el colombiano Montoya Burgos y se te va un campeonato. O se tiene la suerte de que los méritos del rival no se concreten y los propios, un poco más escasos, sí.
El fútbol impredecible, ladino, contradictorio, dominó la escena del domingo. Cuando la suerte, que es grela, te larga parado, sos boleta y tenés ganas de balearte en un rincón. El cronista no vio el partido del sur, pero Sebastián Pordomingo, a cada rato contaba jugadas en las que el equipo de los mellizos ya estaba para ganar. A los 30 del segundo tiempo el comentario era que, en la pelea del campeonato, el Granate estaba a punto de sacar ventaja. Los comentaristas lo dirían así: “Señores, en este momento Lanús está para ganar y Vélez a punto de perder. Pero cuidado, que puede ser al revés.” No hay otra. Con el fútbol no se puede y la justicia, si existe, no se da capítulo a capítulo. Vélez tuvo suerte ayer, así como también es cierto que le fue esquiva frente a Boca. Y, por su lado, los Granates abusaron de su buena estrella en Córdoba, frente a Belgrano. Es que si la lógica existe, se da a la larga. Y es ahí cuando el liderazgo de Vélez se torna menos vulnerable.