Los hechos acontecidos el 22 de junio de 1986 en el Estadio Azteca son un círculo vicioso en la historia del país. Volvemos y volveremos al partido que, con una de las mejores versiones que se hayan podido ver de Diego Armando Maradona, la Selección Nacional le ganó a Inglaterra por 2-1 en los cuartos de final de la Copa del Mundo disputada en México. A casi 28 años, aparece una filmación inédita desde un ángulo diferente y pronto nos encuentra a todos compartiendo y comentando el video en las redes sociales. Los goles de Maradona –el de la mano y el mejor de toda la historia– han sido objeto de infinitas publicidades y programas especiales, su silueta corriendo tras la pelota durante aquel partido quedó inmortalizada en miles de tatuajes y, a pesar de esto, difícilmente exista un aficionado que exprese su cansancio de esas escenas harto conocidas. ¿Qué queda por repasar, entonces, de aquella tarde que allanó el camino de lo que sería la segunda –y hasta el momento, última– Copa del Mundo obtenida por la Selección Nacional? Casi sin pensarlo, Ariel Magnus –escritor, traductor y periodista cultural– desgrabó el relato radial realizado por Víctor Hugo Morales y, de esta forma, aportó una perla más al historial de aquel partido y la publicó en libro Barrilete cósmico (El relato completo). «La idea de transcribir un partido de fútbol la tenía hace mucho. Será porque me gustan los relatos de fútbol y todo lo que me gusta tiene que terminar en un libro. De esa unión debe haber nacido la idea, para luego ver si funcionaba o no como objeto literario. Tardé mucho en encontrar al editor porque es una cosa que no te animás a comentarle a cualquiera. Yo hubiera agarrado cualquier partido solamente a ver si funcionaba. Sin embargo, a Guido Indij –editor de Interzona– enseguida le gustó y fue quien dijo que tenía que hacer la desgrabación del partido contra Inglaterra. No dudé. Ahí mismo me salió el título actual: Barrilete cósmico», comenta Magnus. Contra lo imaginado, resultó muy difícil conseguir alguna grabación completa de aquel partido. Falló Youtube, el círculo de allegados de Víctor Hugo Morales no la conservaba, de a poco aparecieron fragmentos, hasta que se frenó todo por un año y finalmente aparecieron los noventa minutos que alguien había grabado. «Ahí fue rapidísimo, desgrabar el partido, hablar con Víctor Hugo, que no se involucró en el proyecto porque tampoco es un relato que él quiera mucho, pero nos cedió los derechos y nos dejó hacer lo que quisiéramos, así que se portó diez puntos», dice Magnus. En Barrilete Cósmico (El relato completo) se lee a un Víctor Hugo Morales sacado, que luego del primer gol con la mano pide a los jugadores ingleses «que se vayan a quejar a Gran Bretaña», y junto al «¿de qué planeta viniste?», del segundo gol, expresa su emoción, pide disculpas a la audiencia durante los minutos posteriores «por la falta de profesionalismo», y apenas finalizado el encuentro dedica el triunfo «por todos los pibes que no pueden gritar esta victoria». «Aunque la final del ’86 fue contra Alemania, este partido con los ingleses es más recordado por el momento en el que se jugó y los dos goles de Maradona. Con ese relato nació también el Víctor Hugo que conocemos hoy. Que haya quedado una metáfora tan fuerte supongo que también ha cambiado en la percepción de los relatos futbolísticos, tanto del público como de los relatores mismos. Me gusta verlo como un antes y un después», dice Magnus y opina que el verdadero relator de futbol se encuentra en la radio. Hincha de River, arquero de dos clubes judíos durante la infancia, la memoria le juega en contra al escritor, que recuerda más el día de la final viendo el partido por la televisión en casa de los padres, que el propio partido contra Inglaterra. Sobre su rol en la publicación del libro se asigna la responsabilidad de la edición. «Yo tuve la idea, escribí el epílogo, pero no es que es un libro mío ni nada por el estilo. Hice la transcripción, pero el autor es Víctor Hugo. Sobre mi rol, podés hacer este libro y aunque no va a ser tan distinto porque el relato es el mismo, en la desgrabación estás operando. La transcripción no es inocente y alguien se tiene que hacer cargo de ella.» Por otra parte, Magnus quita dramatismo al supuesto de que escribir de fútbol es visitar los suburbios de la literatura, siempre bajo la cita de Jorge Luis Borges de que el fútbol es «una cosa estúpida de ingleses». «Es un género aparte y quizás hay pocos escritores que lo cultivan. En lo personal escribí un libro de cuentos (Ganar es de perdedores y otros cuentos de fútbol) con muchísimo placer y estoy esperando el momento para escribir otro porque me encanta. De hecho es el único género literario que me gusta al menos para escribir. Hay muchísimos escritores de fútbol, pero es un género menor, si bien todos los géneros son menores, a esto se suma que es un deporte muy popular, asociado a la violencia y no a la intelectualidad. Sin embargo, no creo que haya muchos escritores que le rehuyan al tema porque se les caigan los anillos. Al contrario creo que está bastante de moda.» Además del objetivo de no quedarse sólo con el archiconocido relato del segundo gol, la principal duda que se generaba era si trasvasado al papel el relato podría convertirse en un objeto literario. «Hay que ver sobre qué es, pero el relato desgrabado de una señora hablando desde un locutorio con su hija puede hacerle competencia a Puig. Esa es la intuición y creo que por momentos se cumplió. Víctor Hugo es un tipo tan atento a lo que está viendo y a su propio relato, está tan concentrado en sus propias palabras, no hace errores ni de concordancia –que es una cosa que hacen los escritores cuando escriben– y tiene una gran capacidad de observación. El caso patente es la mano del primer gol: él la ve y no así los que están viendo el partido por televisión desde el estudio. Lo que arma es algo más que el relato en vivo de lo que está pasando. Utiliza procedimientos literarios. La observación que Valdano no está jugando bien y que por una pifia de él viene el gol de Maradona es magnífica. Cualquier otro relator no se hubiera percatado. Imaginate la tensión. Esa construcción es un cuento. Él lo arma sobre el transcurso del relato y es un talento que va más allá.» Como lado negativo, Magnus señala la cantidad de baches, aunque en esa espera el lector sabe que se producen cosas. «Si el gol hubiera sido a los 5 minutos después tenés que comerte todo. Realmente el partido tiene algo de película: gol con la mano, después el mejor gol de todos los tiempos, gol de ellos, miedo y final con victoria.» «No podemos agarrar todos los todos los relatos de fútbol y hacerlos libros porque se va a complicar. Esto lo podría haber metido en una novela, pero creo que tiene tanta fuerza que se la banca solo», dice Magnus. Sobre el final de la entrevista, y cada vez a menos días para el comienzo de una nueva Copa del Mundo, reconoce que sus expectativas son las mismas que cada cuatro años: «vamos a ser campeones.» «