No para nunca. Anda de un lado para el otro y si usase una agenda para organizarse, un día en la vida de Víctor Hugo diría: 8.00 llegada radio Continental. 9 a 13 programa «La mañana». 13.15 grabar una columna deportiva para un site en un diario. De 13.30 a 14 reunión con el equipo de producción y columnistas para evaluar el programa del día y pautar el próximo. 14.00 viaje a la ciudad de La Plata para recibir el Premio «Manuel López Blanco» del Centro de Estudiantes de Bellas Artes. 18.00 vuelta a la ciudad de Buenos Aires, al barrio de Caballito, en donde para leer la carta pública en la que el fallecido periodista Claudio Díaz para explicar los motivos de su renuncia a su labor en el zonal Morón/Haedo del diario Clarín. 19.00 nuevamente a radio Continental para conducir el programa «Competencia». 20.30 salida rumbo al teatro Colón para asistir a la ópera del día. Y al borde de la medianoche, repaso de las noticias más importantes para el día siguiente.
En medio de esa vorágine organiza sus próximos días antes de la partida, ya que una vez más Europa (en ésta oportunidad Sicillia, Italia) lo tendrá conduciendo su programa desde allí. Y antes de esa partida, 2016 se sentó con Víctor Hugo a conversar sobre el futuro. No el personal – o sí, ya que Morales hace 30 años que reside, trabaja y forma su familia en la Argentina –, sino el de la acción de Gobierno y los temas que son una asignatura pendiente.
El foco está puesto en el período 2011-2015, con la continuidad (prácticamente asegurada después de los resultados en las elecciones primarias) de Cristina Fernández de Kirchner al frente del Ejecutivo. ¿Cuáles son los objetivos en ese tiempo? Mate de por medio, comenzamos la charla con Víctor Hugo:
-¿Qué le falta hacer al Gobierno en ese período?
-Fijar claramente las bases de sustentabilidad de un modelo que subsidia, de un modelo que incluye, de un modelo que agrega gente al gasto público. Que sea capaz de sentar bases de reserva y de colchón económico que permita darle certezas por el mayor tiempo que sea posible, porque lo que más importa no son estos cuatro próximos años. América Latina tiene que tener 20 o 25 años de izquierda, porque si no todo se viene abajo en un minuto. Este gobierno, el de Chávez, el de Correa, el de Pepe Mujica (quizá el caso menos complicado), todos van a caer como castillo de naipes si no se demuestra que pueden superar ese deterioro que denuncian los economistas que todo el tiempo están diciendo, que quede demasiado claro que no es así.
En este momento, una cosa que hicieron bien fue no dar el 82 % móvil, que sería impracticable a la hora de los aumentos salariales que hay que dar en función de la inflación. Un ejemplo, para decir algo. Creo que lo más importante es dar garantías económicas de continuidad y la única es demostrar que hay en el país siempre un alcance de las medidas para un quinquenio.
Este gobierno tiene que incrementar la producción para hacerse un colchón de certeza de recaudación, por si llega a bajar lo que se le vende al mundo hoy día. Este plan que la Presidenta presentó hace unos días es importante, si pasan de cien millones a ciento cincuenta millones de toneladas más. Así van a asegurar un ingreso y una recaudación fiscal igual para el futuro si bajaran los comodities, y están asegurando una recaudación extraordinaria como para tirar manteca al techo si se mantienen estos precios internacionales. Esa es una buena medida. Otra buena medida sería que verdaderamente sinceren los subsidios.
– ¿Por ejemplo?
– No pueden subsidiar al tipo que puede pagar el boleto igual que al que no lo podría pagar. Por ejemplo, el subte no puede aumentar porque si lo llevas de $ 1,10 a 2,20 o 2,70 hay un 70 % de gente que lo puede pagar, un 20 % que estaría tironeando, y el 10 % restante queda afuera; entonces no lo pueden aumentar. Entonces tienen que diferenciar. El sistema SUBE puede ser una solución.
Diferenciar el subsidio que me dan a mí, que pago de gas dos mangos, mientras un tipo paga una garrafa, muerto de hambre, a 50 mangos. Que el subsidio le llegue a la gente y no a las empresas.
Que la base de sustentabilidad sea muy clara. El colchón se ve cuando las reservas aumentan y hace un tiempo que eso no sucede.
-Construcción de la ciudadanía.
-El Gobierno debe seguir trabajando en la confrontación con los medios sin desmayar un minuto. Buscar un ciudadano mucho más informado, mejor informado, partícipe permanentemente; hay que estar convocando a la gente en forma constante, sacarla de la indiferencia y la inercia, y fijar planes de educación a largo plazo que impliquen un conocimiento real de lo que es el ciudadano en todos los sentidos. Tiene que incorporarse algo que ya está, pero esbozado por esfuerzos parciales, que es una materia que se llame «ciudadanía», que tiene que tener continuidad en el secundario y que implica la continuidad en la reflexión, en la discusión y en la filosofía de lo que verdaderamente es un ciudadano.
-Actividad cultural y entretenimientos.
-Tiene que trasladarse un tratamiento igual al resto del país. Hay, en algunos rubros, que romper con la capital más culta de América con un país hundido en dos sillones mirando nada más que televisión porque no hay actividades culturales constantemente. Hay que fomentar como sea la cultura; sobre todo por lo que vengo diciendo, y que es que la única manera que tiene la gente para vivir después de los 80 años es con el arte. No tenés nada que hacer si no es a través del arte y la cultura.
-Democratizar el fútbol y los dirigentes.
-Creo que cuando Julio Grondona no esté al frente de la Asociación del Fútbol Argentino el Estado debe romper con ella en los términos de que el fútbol está condicionado por la relación personal que con él se ha establecido. Grondona tiene que ser el límite del peaje que los gobiernos paguen por tener el fútbol. No potenciar el vicio que generó la necesidad de amparar a Grondona, dejando que elija los periodistas y teniendo todavía una especie de protección a otros que no se llamen Grondona. Tiene que ser el límite, ya que no hubo manera de hacerlo de otra forma. Cuando el Estado haga eso, va a poder decirle a los dirigentes: «éste contrato les exige un control que si ustedes no realizan van a tener tal tipo de sanción». Y que el Estado esté dispuesto, obviamente, a cumplirlo. Sanciones al fútbol por no cuidar el dinero que se le da, haciéndole entender que es un dinero muy importante.
El fútbol es un derecho de la gente, una identidad, una forma cultural. No es una entelequia que se maneja por su cuenta como una sociedad privada sin fines de lucro. El fútbol genera inmensas ganancias, entonces tiene que ser bien nacional; y en tanto considerado un bien nacional, tiene que ser protegido, custodiado de esa manera. Como si fuera el Ministerio de Cultura, un Ministerio del Fútbol.
-Ley de Medios.
-Si no se cumple, el Art. 161 será un aporte valioso pero para nada un correctivo de lo que es la no democratización de los medios. De aquí a cuatro años debe verse una verdadera democratización, que empieza por terminar con el monopolio. Y creo que hay que profundizar en una Comisión Legislativa de irreprochable calidad de elección, con absoluta igualdad, para que controle que se cumpla en consecuencia con esa Ley.